martes, 30 de diciembre de 2014

¿Cómo, cuándo y por qué se deben mover los bebés en el vientre?

Sentir a su hijo. Eso es lo que quieren muchas embarazadas. Desean, con ansiedad, ser sorprendidas por ese ser que crece dentro y que, en condiciones normales, se comienza a mover en la etapa embrionaria, entre las semanas 8 y 9 de gestación. Sin embargo, la madre lo puede empezar a sentir entre las semanas 18 a 22, ya que solo entonces el embrión mide unos centímetros más y, por ende, tiene menos espacio, lo que ocasiona movimientos de las paredes del útero que chocan con la pared abdominal de su madre, explica Marco Duque, perinatólogo y jefe de la Unidad Materno Fetal de la Clínica del Country.Cuando la mujer siente a su hijo experimenta uno de los mejores momentos de los 9 meses del embarazo.

Cada quien lo vive distinto. Unas lo reconocen como el movimiento de un pez dentro de un acuario; otras lo comparan con la sensación de tener una mariposa revoloteando, o una lombriz que se arrastra rápidamente por la tierra. Cuando el embarazo avanza, la madre nota los choques internos, tanto que, por momentos, se pueden ver unas pequeñas montañas o bultos en la piel que cubre el vientre.Estas sensaciones maravillosas, que ninguna madre olvidará, tienen su importancia ya que, según el perinatólogo Duque, son un indicador de bienestar fetal. 


En las semanas indicadas (cuando la madre comienza a sentir al bebé), el médico se cerciora, a través de una ecografía, de que todo va bien.En el vientre materno los bebés estiran y flexionan los brazos y piernas, succionan, degluten y voltean su dorso: “A medida que van creciendo, los movimientos fetales son cada vez más precisos”, afirma el experto.Sin embargo, existen varias variables para que una mujer pueda sentir a su hijo. Según Duque, el peso de la madre (es mucho más rápido en las delgadas), las características propias de cada bebé, y la cantidad de líquido amniótico (entre más líquido, más flota el bebé y menos lo siente la mamá).AutochequeoLos médicos recomiendan a la madre estar atenta, en especial, si deja de sentir a su bebé. Después de la semana 24 de gestación, según el doctor Marco Duque, seis es el número mínimo de movimientos fetales mientras la paciente está despierta; es decir, la mamá debe sentirlo en seis ocasiones, que pueden presentarse en la mañana o en  la tarde; incluso, en la noche, cuando más se mueve el bebé porque, usualmente, la mamá está relajada.

Según el perinatólogo Álvaro Cano, de la Clínica de la Mujer, si el bebé se mueve significa que está bien oxigenado y correctamente estimulado: “Sus movimientos se dan, en su mayoría, cuando hay actividad de la madre, ruido y sonido por vibración en su vientre; en la noche y después de que ella ingiere alimentos (le llega glucosa recién procesada y esto lo activa)” explica. Si, por el contrario, no siente nada –sugiere el experto Álvaro Cano–, la madre debe comer algo dulce o frío, estimular al bebé acariciando el abdomen con las manos o ponerle música.El ginecobstetra Guillermo Obando afirma que cuando el bebé deja de moverse puede ser que está dormido, sus niveles de azúcar en sangre están disminuidos, hay menos líquido amniótico o la placenta no está funcionando; pero si después de recurrir a los estímulos para motivarlo, pasan 2 horas sin que lo sienta, valdría la pena acudir al médico para que le realice los exámenes necesarios que permitan descartar cualquier complicación.

 ¿Qué sentía cuando se movía?

Nuestras seguidoras por Facebook (ABC del Bebé) y por Twitter (@abcdelbebecom) respondieron:Karen Hurtado: una emoción indescriptible, sobre todo cuando le hablaba a mi bebé y ella respondía moviéndose.Liliana García Rico: me daba felicidad el saber que habíauna personita hermosa dentro de mí.Edna Pinilla: lloré de felicidad la primera vez que sentí claramente a mi Juanita. Agradecí a Dios y a mi esposo por ser mis patrocinadores en esta hermosa experiencia. Ser mamá es lo mejor de la vida.Vanesa Hernández: es lo más hermoso. Me encanta cuando se mueve en las madrugadas cuando yo estoy dormida y ella está despierta. Me sorprende con sus pataditasy todas sus piruetas.

Mitos

El ginecobstetra Blas García resuelve algunos mitos acerca de los movimientos fetales:

¿Si se mueve poco es que  es un bebé tranquilo?La intensidad o no de los movimientos no tiene que ver con el juicio futuro. Sin embargo, los movimientos son un signo de bienestar.

¿Es cierto que a los bebés les da hipo en el vientre?Sí. El hipo es uno de los tres movimientos respiratorios de un bebé. Se inicia desde la octava semana de gestación y es perceptible desde la 20 hasta la 32. Después de este tiempo tiende a disminuir. Es normal y no se asocia a enfermedad.

¿La ingesta de dulce de la mamá le produce más movimiento al bebé?Con la ingesta de alimentos se estimula la actividad gástrica. Es posible que el aporte de glucosa lo estimule metabólicamente.

¿Los bebés se mueven menos al final del embarazo?  Al final, el espacio se reduce y es común que los movimientos sean menos frecuentes. Un monitoreo fetal proporcionará datos valiosos.

¿Si la madre tuvo un día agitado, el bebé se moverá menos?Él también tienen horas de sueño y, al parecer, los cambios de luminosidad lo van adecuando al ritmo circadiano. El feto percibe la actividad materna y las vías de comunicación son muchas así que no es ajeno al estrés, la euforia, la depresión o la alegría.

Fuente: http://www.abcdelbebe.com/embarazo/segundo-trimestre/desarrollo/como-cuando-y-por-que-se-deben-mover-los-bebes-en-el-vientre

Mi bebé viaja conmigo en la panza: ¿Qué debemos tener en cuenta?

En la temporada de vacaciones es normal que la mujer embarazada siga su ritmo de vida y esto incluye realizar viajes de desplazamiento. Así mismo durante el periodo laboral el traslado a diferentes lugares hace parte de la rutina normal de muchas, o de una actividad extraordinaria para otras, en el caso de las vacaciones. En cualquiera de los casos anteriores es importante tener en cuenta ciertos comportamientos de precaución con el fin de cuidar  la salud tanto de la mamá, como del bebé que está por nacer.

Estar embarazada no es impedimento para viajar, siempre y cuando el embarazo transcurra sin complicaciones, que no esté próxima la fecha del parto y que la salud de la futura mamá sea óptima. El periodo de menos riesgo para emprender un viaje es el segundo trimestre de embarazo a partir de la semana 18ª, ya que el embrión ha superado las dificultades de implantación, el volumen del abdomen todavía no incomoda demasiado a la madre y se presenta menor riesgo de sufrir un aborto.

Para el Médico ginecobstetra Mario Arturo Galindo “el embarazo mismo se encarga de poner las limitaciones”. Por ejemplo entre la semana 28 y 34 es conveniente evitar los largos desplazamientos. Después de la semana 34, es recomendable no moverse mucho. En este caso es importante tener en cuenta los siguientes aspectos: el medio de transporte a elegir, el tiempo que tarda en llegar al destino, la comodidad de los asientos y la movilidad que estos  permiten.

Uno de los medios más cómodos para viajar es el tren, ya que por su amplio espacio la embarazada puede cambiar de posición y levantarse a caminar de manera frecuente. Otro medio de transporte interesante es el avión, pero se recomienda no tomar este medio de transporte durante el último mes de embarazo por el riesgo de que se produzca una rotura de la bolsa o un parto prematuro; aunque la mayoría de las compañías aéreas ponen restricciones a las embarazadas de más de siete meses con el fin de evitar la posibilidad de que se presente un parto durante el vuelo. A partir de las 35 semanas de gestación, las aerolíneas exigen un certificado médico que confirme la fase del embarazo y el estado de salud de la pasajera. Algunas compañías incluso, exigen firmar un documento que exima a la compañía de toda responsabilidad en caso de que surgiera algún problema relacionado con su estado durante el vuelo.

Para la Dra. Sandra Fonseca, ginecóloga, los viajes en avión no implican, en principio, ningún riesgo para la madre y el futuro bebé, aunque las mujeres con embarazos complicados o de riesgo no deben volar en los nueve meses. Agrega Fonseca que aunque en los aviones es difícil moverse, se recomienda pasear por el pasillo cada hora, dado que en los viajes largos existe el riesgo de que se comprima la vena cava y se produzca una trombosis venosa, debido a la compresión del útero expandido.
La mejor ubicación para una mujer embarazada que tenga que volar en avión, se encuentra en el pasillo y cerca al baño, debido a que la micción se incrementa en el embarazo. En cuanto al cinturón de seguridad, lo mejor es ubicarlo bajo el vientre, sobre las caderas. Cabe aclarar que los detectores utilizados como medida de seguridad en los aeropuertos son totalmente inofensivos para la salud del bebé.

En cuanto a los trayectos cortos, el mejor medio es el vehículo, en el que se debe utilizar el cinturón de seguridad. En caso de que la mamá tenga que conducir, algunos médicos no aconsejan hacerlo en los dos últimos meses.

De todas las opciones de transporte las menos aconsejables son el autobús y el barco. El primero presenta condiciones de espacio que incomodan a la futura madre (no se puede pasear, los asientos son estrechos...), mientras que los barcos producen una incomodidad grande debido al mareo que suele producir el vaivén de las olas. Para resolver este tema es bueno llevar consigo algunos frutos secos, galletas integrales y frutas. También es importante hidratarse permanentemente.

Para estos viajes es bueno prepararse con ropa cómoda que no obstruya la circulación, zapatos flexibles sin tacón, una chaqueta y un bolso ligero de mano con lo estrictamente necesario, para no generar peso y afectar la columna. En los desplazamientos largos bien  puede venir bien una almohada para las cervicales.
Pero lo que debe recordar siempre la futura mamá, es que ser madre es un momento crucial en la vida. Por eso no debe ni arriesgarse de tal manera que ponga en riesgo su vida y la de su hijo; ni tampoco extremar las medidas y dejar de llevar una rutina normal. Para equilibrar la situación está el médico, quien es el llamado a guiarla en estos momentos.


Fuente: http://www.abcdelbebe.com/mi-bebe-viaja-conmigo

sábado, 27 de diciembre de 2014

¿Cómo lograr que los niños coman sano durante las fiestas?

Pasó Navidad, y ahora falta año nuevo y todas las vacaciones escolares. Días en que la rutina diaria cambia, pero que no debería suponer una modificación en los hábitos alimenticios de nuestros hijos. Estos días se incrementa el sedentarismo y el consumo de dulces, lo que hace que el organismo de los niños sufra un cambio importante: necesita menos energía pero obtiene de golpe muchas calorías, algo distinto de lo que pasa en su día a día escolar.
«Los dulces navideños, hechos a menudo a base de almendra, azúcar y miel, contienen gran cantidad de hidratos de carbono y grasas», afirma la experta en nutrición y colaboradora de Superpadres.com Isabel Valdivieso. «No obstante, también poseen todas las propiedades de los frutos secos y la miel, y son ricos en minerales (calcio, magnesio y potasio)», destaca.
Es importante que los niños eviten el sedentarismo en estas fechas. «Aunque no vayan al colegio, los niños deben seguir haciendo ejercicio: pasear, ir al parque, a comprar con los abuelos... y evitar quedarse en casa viendo la tele o jugando con las consolas», aconseja Valdivieso. Además, deben mantener estrictamente los hábitos higiénicos, como «lavarse los dientes siempre después de tomar estos dulces, ya que las almendras pueden quedarse en los premolares o molares y facilitar la creación de caries», apostilla.
Más allá de estas recomendaciones, la experta en nutrición nos da algunos trucos:
—No dejar los dulces al alcance de los niños y limitarlos a las horas de desayuno o merienda. Según la colaboradora de Superpadres.com, «dos figuritas de mazapán, dos polvorones o un trozo de 1,5 cm. de turrón, acompañados de un zumo o una pieza de fruta, pueden sustituir un desayuno o una merienda».
—Los días de fiesta mejor tomar fruta de postre y comer los dulces después de la sobremesa. «Para compensar, las cenas deben ser ligeras evitando hidratos de carbono y grasas, como por ejemplo verdura sin patata, sopas de verdura o pescado a la plancha», aconseja Valdivieso.
—Respecto a los pasteles como el Panetonne o el roscón de Reyes, también es mejor comerlos comodesayuno o merienda acompañados de un vaso de leche. «No son tan calóricos como los demás dulces y llevan frutas desecadas que aumentan la cantidad de fibra», explica la experta. Un trozo de 50 o 75 gramos por persona es suficiente.
—En lo que respecta al chocolate, «el tronco de Navidad es un postre delicioso pero muy calórico». Si no se puede evitar comerlo como postre, Isabel Valdivieso recomienda «hacer cortes de 1 a 1,5cm., más que suficiente después de una comida o cena abundante».
—Las figuritas de chocolate que traen los reyes, y que los niños devoran tan pronto como las ven, «serán su desayuno de ese día; acompañarlo con un batido de frutas les llenará y evitará que coman todo de golpe», explica. «Otro truco es que los reyes les dejen las figuritas en distintas partes de la casa. Por ejemplo, en una cajita en la bañera y así lo encontraran a la hora del baño; cerca del lavaplatos o lavadero para que lo encuentren al sacar la mesa; etc.». Así se reparte el chocolate durante el día.
—Otro de los dulces navideños que no suele faltar es el carbón de azúcar, compuesto simplemente de azúcar y colorante. «Si los Reyes lo dejan en trocitos pequeños se pueden poner en una azucarera y utilizar durante varios días como azúcar para endulzar yogurt, palomitas,... así, además de no tomarlo de golpe, esto les recordará durante unos días que deben portarse bien», concluye la experta en nutrición.
Fuente: http://www.abc.es/familia-vida-sana/20141225/abci-comer-equilibrado-navidad-201412171543.html
 

martes, 16 de diciembre de 2014

Mitos sobre la lactancia materna

Alrededor de la lactancia materna se han construido diversos mitos que muchas veces ponen en riesgo su éxito. Es común que se transmitan de generación en generación, y por eso es importante saber cuáles son para derribarlos:

-Mito: las mujeres con pecho pequeño no pueden amamantarRealidad: el tamaño del pecho no influye en la producción de leche materna. Todos los pechos, sean grandes o pequeños, sirven para alimentar al bebé ya que la producción de leche materna está relacionada con la demanda del bebé y no con el tamaño del pecho.

-Mito: no todas las mujeres producen leche de buena calidad
Realidad: diversos estudios han comprobado que incluso las madres desnutridas y que viven en situación de pobreza y precariedad extremas producen leche materna de calidad para sus bebés. No hay leche materna buena y leche materna mala, todas las madres producen la mejor leche para  sus hijos.

-Mito: no todas las mujeres producen leche suficiente para satisfacer al bebé
Realidad: la cantidad de leche está regida por la oferta y la demanda, es decir que si se le permite al niño amamantar tantas veces como lo necesite, el cuerpo producirá la cantidad de leche necesaria.

-Mito: si solo salen gotitas del pecho es porque se tiene poca leche
Realidad: muchas veces se cree que si solo salen algunas gotitas de las mamas al estimularlas manualmente, no se está produciendo suficiente leche. Sin embargo, al poner al bebé al pecho él succiona con un ritmo y eficacia capaz de sacar más que “gotitas” y esto es difícil de percibir por la madre. Por otro lado, durante las primeras 48hs de vida el bebé necesita solo unas gotas de calostro para alimentarse hasta que se produzca la bajada de la leche. Ante la duda, el mejor parámetro es el peso del bebé y su crecimiento adecuado, siendo el pediatra el encargado de evaluarlos.  

-Mito: los pezones chicos impiden la lactancia
Realidad: teniendo en cuenta que el bebé se prende a la areola, no al pezón, lo importante es lograr una adecuada adhesión boca-pecho, más allá de la forma o el tamaño del pezón. En caso de que la forma de los pezones dificulte la lactancia a causa de molestias o dolor, con el asesoramiento adecuado esto es reversible en la mayoría de los casos y no condiciona su éxito.

-Mito: luego de una cesárea la leche tarda más en bajar
Realidad: aunque la producción a “gran escala” de leche materna puede tardar entre dos y cuatro días después del nacimiento, comienza a prepararse una vez que la placenta se separa del útero, y esto sucede tanto en un parto vaginal como en una cesárea. Mientras tanto, el calostro es la fuente principal de alimentación del bebé. Lo que a veces puede dificultar la lactancia en el caso de una cesárea son otros aspectos como la anestesia, el dolor, la incomodidad y las dificultades para establecer el contacto mamá-bebé lo más pronto posible.  Por eso, es importante tener en cuenta estos aspectos para apoyar a la mamá y ayudarla de manera tal que pueda establecer una lactancia satisfactoria.

-Mito: si el bebé nació con bajo peso hay que darle leche de fórmula para que crezca mejor
Realidad: el cuerpo de la madre está preparado para producir la cantidad de leche que su bebé necesita para crecer bien y sano. La leche materna proporciona todos los nutrientes, vitaminas y minerales que un bebé necesita para el crecimiento durante los primeros seis meses de vida.

-Mito: si el bebé está tomando el pecho y no aumenta de peso hay que darle leche de fórmula
Realidad: muchas veces las madres interpretan que su bebé no aumenta de peso porque no se está alimentando bien, sin embargo, es importante hablar con el pediatra antes de sacar conclusiones apresuradas o de incluir leche de fórmula. En la mayoría de los casos, el bajo peso responde a un consumo insuficiente de leche materna producto de horarios estrictos, una inadecuada succión o un problema orgánico del niño.


-Mito: hay que espaciar las tomas para que el pecho se “recargue”
Realidad: el cuerpo de la mamá que está dando el pecho siempre está produciendo leche. Cuanto más vacío está el pecho, más rápido trabaja el cuerpo para producir leche. Por el contrario, cuanto más lleno está, más lenta es la producción. Si la madre espera a que sus pechos se “llenen” para amamantar a su bebé, puede que el cuerpo perciba esto como una señal de que se está produciendo demasiada leche y, por lo tanto, disminuya la producción. Por eso, lo importante es dar el pecho a demanda, sin horarios ni restricciones, hasta que el bebé y la mamá encuentren su propio ritmo.

-Mito: siempre hay que darle al bebé de los dos pechos en cada toma
Realidad: es importante dejar que el bebé termine de tomar de un solo lado, incluso si después rechaza el otro, porque la última leche, que es la que tiene más calorías, se obtiene a medida que el pecho se va vaciando. Si se lo cambia de lado antes de que él lo pida, puede que no quede satisfecho o no suba de peso adecuadamente.  

-Mito: si el bebé llora es por hambre, porque la leche materna no le alcanza
Realidad: el llanto del bebé no siempre indica hambre. Hay otros factores que pueden hacerlo llorar, como por ejemplo la necesidad de contacto con su mamá, los cólicos, el sueño, etc. Si se piensa que llora porque se quedó con hambre como primera y única opción, el éxito de la lactancia correrá peligro. Por eso, antes de sacar conclusiones apresuradas, es importante evaluar junto al médico si el bebé está creciendo bien, si realmente es necesario un suplemento o si su llanto se debe a otras razones.

-Mito: los bebés amamantados no duermen bien a la noche
Realidad: los patrones de sueño del bebé no tienen que ver con que si es alimentado con pecho o con leche de fórmula, sino con su madurez cerebral. El sueño es un proceso evolutivo que cada bebé transitará a su ritmo.  Por otro lado, la leche de fórmula es más difícil de digerir que la leche materna y esto puede producirle al bebé algunas molestias intestinales que pueden despertarlo en las noches.

-Mito: si los pechos están blandos es porque tienen poca leche
Realidad: durante las primeras semanas de vida del bebé, el cuerpo está adaptándose, y para que no falte leche, fabrica mucho más de lo necesario. Una vez que la glándula mamaria comienza a adaptarse a la demanda del bebé, ajusta la oferta en base a ella. Por eso, alrededor de los 3 meses las madres pueden empezar a sentir que sus pechos están más blandos que antes y pueden pensar que no están produciendo leche, sin embargo, esto no es así: ahora, la leche se produce por un reflejo de eyección que se activa minutos después de que el bebé empieza a mamar.

-Mito: si la madre está enojada, asustada o triste no debe dar el pecho
Realidad: el estrés o miedo extremo puede aletargar el flujo de leche, pero se trata de una respuesta temporal del organismo ante la ansiedad, que es totalmente reversible.

-Mito: si la madre está embarazada de otro bebé debe dejar de amamantar
Realidad: continuar con la lactancia o no durante el embarazo es una decisión personal. A menos que exista una contraindicación médica, es posible dar el pecho durante todo el embarazo y después del parto amamantar a los dos bebés; esta forma de realizarlo se denomina “lactancia en tándem”.

-Mito: si la madre está enferma no debe dar el pecho y si sigue lactando no puede tomar medicación
Realidad: si la madre está enferma (gripe, resfriado, tos, etc. ) puede seguir amamantando utilizando un barbijo o pañuelo para proteger a su bebé. En ningún caso hay que interrumpir la lactancia materna, ni separar al bebé de la madre. El pediatra será quien determine cuáles son las medidas preventivas para cada caso en particular y los medicamentos que se pueden consumir.

-Mito: una vez que se interrumpe la lactancia no se puede volver a amamantar
Realidad: si por alguna razón la madre no pudo amamantar a su bebé o decidió interrumpir la lactancia para alimentarlo con leche de fórmula, puede volver a intentarlo en algún momento. Con una técnica adecuada y apoyo, tanto las madres como los bebés pueden retomar la lactancia.


-Mito: si no se pudo amamantar al primer bebé, tampoco se podrá amamantar al segundo
Realidad: no haber podido dar el pecho al primer bebé no es razón suficiente para no poder con el segundo. Muchas veces, la imposibilidad de amamantar está relacionada con hechos circunstanciales que no tienen por qué repetirse en una segunda experiencia. Lo importante es tener en cuenta este antecedente y, si la mamá desea amamantar, buscar apoyo y asesoramiento para prepararse adecuadamente.

-Mito: al menstruar no se puede seguir amamantando
Realidad: cuando la alimentación con lactancia es exclusiva (sin complementos o sólidos), es muy frecuente que la mamá no tenga el período menstrual por varios meses. De todos modos, si la madre está con el período, puede continuar amamantando ya que esto no afecta la calidad de su leche, ni tampoco es una razón para destetar.

-Mito: la falta de leche o la baja producción se hereda
Realidad: la cantidad de leche que produce el cuerpo no tiene que ver con la suerte o la herencia, sino con la frecuencia con la que se da de mamar al bebé. Lo importante es buscar ayuda y asesoramiento si hay temor o dudas de que no se pueda establecer la lactancia. El hecho de que nuestra madre no haya podido amamantar, no significa que nosotras tampoco podamos. 

-Mito: para producir leche hay que consumir leche
Realidad: ningún otro mamífero toma leche para producir leche. Por otro lado, es conveniente no aumentar el consumo de lácteos habitual en la madre, porque esto está relacionado con alergias en el bebé (por las proteínas de la leche de vaca que pasan directamente a la leche materna); para hacer frente a la demanda de calcio en esta etapa, lo mejor es que la madre aumente su consumo de verduras, frutas, cereales y proteínas, evitando aumentar el consumo de lácteos.

-Mito: darle el pecho muy seguido predispone a la obesidad
Realidad: la lactancia materna reduce el riesgo de padecer distintas enfermedades crónicas entre las que se cuentan la obesidad. La leche materna proporciona todos los nutrientes, vitaminas y minerales que un bebé necesita para el crecimiento durante los primeros seis meses de vida; el bebé no necesita ingerir ningún otro líquido o alimento durante esta etapa. Además, la leche materna lleva los anticuerpos de la madre, que ayudan a combatir las enfermedades. 

-Mito: si tengo mellizos o gemelos no podré darles el pecho
Realidad: para amamantar a múltiples es importante contar con apoyo, contención, paciencia y persistencia. Aunque lo más importante es el deseo de amamantarlos. Durante el embarazo, el cuerpo se va preparando para alimentar a dos bebés y lo más recomendable es iniciar la lactancia lo más pronto posible después del parto. En este momento el reflejo de succión del bebé es muy fuerte, lo cual facilita el amamantamiento.

-Mito: la leche materna pierde su capacidad nutritiva luego de los 6 meses
Realidad: la composición de la leche materna va cambiando en base a las necesidades y madurez del niño, y gracias a sus propiedades no hay ningún alimento tan completo que pueda reemplazarla. La Organización Mundial de la Salud y UNICEF recomiendan lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y lactancia materna continuada durante dos años o más, junto con una alimentación complementaria segura, adecuada desde el punto de vista nutritivo y apropiada para la edad, a partir del sexto mes. La leche materna es la fuente primordial de alimentación del bebé durante los dos primeros años, a pesar de la complementación con otros alimentos a partir de los 6 meses.

Asesoró: Fundación Lactancia y Maternidad (Fundalam)
 Fuente: Planeta Mamá

viernes, 12 de diciembre de 2014

La maternidad después de los 40

El desarrollo profesional, la construcción de espacios personales y el crecimiento económico, son factores que llevan a que las mujeres elijan ser madres cada vez más tarde. ¿Cúales son los riesgos, medidas preventivas y tratamientos? 

El desarrollo profesional, la construcción de espacios personales y el crecimiento económico, son factores que llevan a que las mujeres elijan ser madres cada vez más tarde. En esta nota, riesgos, medidas preventivas y tratamientos para conocer más acerca de ser madres cumplidos los 40.


Los importantes cambios sociales han llevado a que, en la actualidad, las mujeres releguen cada vez más la posibilidad de ser madres, por esto es muy importante que estén informadas acerca de cuáles son las posibilidades y las complicaciones de dicha decisión.


Así como la incidencia de cualquier patología se incrementa con la edad, esto ocurre también con una mujer embarazada – al margen de si la concepción fue en forma natural o a través de un tratamiento -. Lógicamente, el riesgo en un embarazo de esas características dependerá de cada caso individual y de la existencia de patologías previas.  


Con relación al bebé, lo que ocurre es que el impacto de la edad genera una disminución de la calidad ovocitaria, lo que aumenta la posibilidad de tener hijos con enfermedades genéticas - como ser el síndrome de Down - así como una mayor tasa de abortos. Existe también la posibilidad de partos pretermino con bebés prematuros o con bajo peso al nacer. Estos embarazos son denominados “de mayor o alto riesgo”.


Es importante tener en cuenta que la fertilidad va disminuyendo con el correr del tiempo. La mujer se encuentra preparada para concebir hijos desde su menarca – primera menstruación – hasta la menopausia – cese de la misma -. No obstante, la mayor fertilidad se da entre la adolescencia y los 35 años, a partir de dicha edad la fertilidad de la mujer comienza a decaer apresuradamente, disminuyendo la calidad y cantidad de óvulos. Es por esto que es muy importante - a la hora de planear la maternidad - tener conciencia de la edad, que incide también en los hombres aunque un poco más tarde – alrededor de los 45 años -.


A la hora de prever un embarazo llegados los 40, es importante que la mujer se realice un chequeo clínico y ginecológico completo, para encarar la búsqueda en las mejores condiciones físicas. En el caso de que hubiera alguna patología o enfermedad, conocerla de antemano favorece a un mejor control y evolución durante la gestación. Tomar Ácido Fólico por lo menos de uno a tres meses antes de la concepción, ayuda a prevenir ciertas malformaciones en el bebé. 

Un buen seguimiento médico es esencial para estar atentas a cualquier signo que pueda alterar un embarazo en esta edad, por eso es recomendable mantenerse informadas y bajo constante supervisión profesional para evitar inconvenientes.  


Asesoró: Dr. Mariano Baronio, Ginecólogo del CEGyR
(Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción)
FUENTE: http://www.planetamama.com.ar/nota/la-maternidad-despu%C3%A9s-de-los-40

martes, 9 de diciembre de 2014

¿Cómo cuidar al bebé de los fuegos artificiales?

Es costumbre que durante las celebraciones de navidad y año nuevo se usen fuegos artificiales, a pesar de que es sabido que pueden causar accidentes a quienes los manipulan. Pero si además hay un bebé en la casa, deberemos tener un cuidado especial. 

Es costumbre que durante las celebraciones de navidad y año nuevo se  usen fuegos artificiales, a pesar de que es sabido que pueden causar accidentes a quienes los manipulan.  Además de esto, si hay un bebé en la casa, deberemos tener un cuidado especial ya que el ruido fuerte podría asustarlos e incluso afectar su audición.
Los sonidos muy fuertes, por encima de los 85 decibeles,  puede causarnos un trauma acústico que puede derivar en sordera a nivel del nervio auditivo y el receptor nervioso.
La población más expuesta son los niños, pero todos deben cuidar la distancia que tenemos del punto de detonación de la pirotecnia, ya que mientras más lejos estemos habrá menor posibilidad de daño por ruido. Los lugares abiertos también son una ventaja versus los espacios cerrados, pues en el primer caso la lesión será menor.

Los fuegos artificiales más peligrosos son aquellos de alto impacto como por ejemplo, las bombas estruendo.  Es preferible actuar con seguridad y mantener la distancia, para así evitar cualquier percance debido al ruido e incluso a la posibilidad de quemaduras.
El trauma acústico puede generar en el afectado algunos  síntomas como zumbido de oídos persistente, la sensación de oído tapado y baja audición, la que será permanente e irreversible.  Es importante entender que una vez sufrido el daño no existe tratamiento para curarlo, por lo que la prevención es fundamental.

Consejos para protegerlos de los fuegos artificiales

-Cuidar la distancia que tenemos del punto de detonación, mientras más lejos menor posibilidad de daño por ruido.
-Mantener a los niños alejados, ya que ellos son la población más susceptible de sufrir consecuencias negativas.
-Preferir los espacios abiertos en lugar de los espacios cerrados 
-Chequear la manipulación segura de los fuegos artificiales. 
-Coloca en la cabeza de los niños vinchas que tapen las orejas o tapones en los oídos.
-Jamás le des a tu bebé ningún elemento de pirotecnia, ni siquiera esos que se creen seguros como las estrellitas.
-Si tu bebé es recién nacido, mantenlo abrazado  para que se sienta protegido.
-Cuando tenga más meses, al observarlos o simplemente oírlos, hazlo sentir seguro, ya que el sonido y las luces pueden llegar a asustarlo, pero tu serás quien debe quitarle el miedo: muéstrale las luces y conserva la calma para que el no se angustie.

Fuente: http://bebesencamino.com/articles/como-cuidar-al-bebe-de-los-fuegos-artificiales--2

 

lunes, 1 de diciembre de 2014

Ejercicios de estimulación y psicomotricidad para los bebés

Estimulación para bebés
Cada niño lleva su ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo, pero podemos ayudarle a desarrollar ciertas habilidades. Estos ejercicios deben realizarse trabajando ambas partes del cuerpo por igual. Todos los ejercicios deben hacerse con mucho cuidado, sin forzar al bebé y eligiendo con cuidado el momento en el que el bebé esté más descansado o dispuesto para prestar atención. 

Ideas de ejercicios de estimulación y psicomotricidad para el bebé

Bebés de 2 a 4 meses

1. Fortalecer el tronco. Coloca al bebé boca abajo en una pelota grande (de Pilates o una pelota de playa hinchada) y la balancearemos a los lados para que fortalezca el tronco.

2. Mantener el equilibrio. Boca abajo pondremos un rodillo debajo de su pecho y le sujetaremos de las piernas hacia delante, y hacia detrás como jugando a la carretilla. Podremos colocar un juguete delante para que quiera cogerlo.

3. Fortalecer el cuello. Colocaremos al bebé sobre una cuña boca abajo y mientras juega con algún juguete le pasaremos la mano por la espalda, ya que los estímulos en la espalda les hacen levantar la cabeza. Aprovecharemos el juguete que tenga para llevárselo de lado a lado para que se sujete con las manos en la cuña y pueda levantar más la cabeza para seguir el juguete, intentará cogerlo con una mano sosteniéndose con la otra. Repetir el ejercicio con el otro lado del cuerpo.

Bebés de 3 meses

1. Ejercicios de rodado. Tumbaremos al bebé boca arriba y levantaremos el brazo sobre el que se va a girar, después de haberlo practicado varias veces con un juguete podremos estimularle para que sea él solito quien voltee para coger el juguete.

Bebés de 4 meses

1. Fortalecer la espalda. Sobre una cuña boca arriba le sujetaremos de las manos y le ayudaremos a sentarse, dejando que el bebé haga fuerza para subir. Comprobaremos que sujete bien la cabeza al levantarse, cuando le cueste menos lo haremos sin cuña, directamente tumbado en una superficie plana. Para qué coja fuerza en las manos podemos darle un aro para que lo coja y nosotros moveremos el aro para levantarle (sujetándole de sus manitas).

2. Aprender a sentarse. Este ejercicio consiste en sostener el brazo sobre el que se va a inclinar un poco doblado y ayudarle a sentarse apoyando el codo en el suelo y voltearle un poco hasta sentarle. 

Bebés de 6 meses

1. Favorecer el arrastre. Colocarmos un juguete cercano al bebé y le impulsaremos un poco empujándole de las nalgas para que se acerque a cogerlo.

Bebés de 7 meses

1. Estimular el gateo. Estableceremos un patrón cruzado entre dos personas (una delante y otra detrás) y haremos el movimiento de gateo, siempre moviendo el brazo y la pierna contraria como si gateáramos.

Bebés de más de 7 meses

1. Reforzar el gateo
. Cuando ya gateen, podemos jugar con túneles (si no tenemos un túnel lo podemos hacer con sillas o sabanas) a pasar por dentro y empezar a poner obstáculos como juguetes o almohadones.

Bebés de más de 9 meses

1. Ejercicios de marcha.
 Podemos usar una hilera de sillas para que se apoye, un banco o un mueble bajito para que se sostenga, también puede sostenerse en una pared para dar sus primeros pasos.

2. Ejercicios para caminar
. Podemos coger una sábana y pasarla por su pecho para favorecer la marcha.
Bebés de más de 12 meses

1. Camina en equilibrio
. Cuando ya anden solos podemos hacer circuitos para que anden esquivando juguetes o almohadones.

María Algueró, educadora infantil 
María Algueró
Experta en Atención Temprana
Maestra de educación Infantil (especialista 0-3)
Educadora de Masaje Infantil. Psicomotricista
Instructora Independiente Cincodeditos
Instructora de porteo

Fuente: http://www.guiainfantil.com/articulos/bebes/estimulacion/ejercicios-de-estimulacion-motriz-para-los-bebes/
 

¿Cómo cuidamos a nuestro bebé de los mosquitos?

Durante los meses de primavera y verano es difícil evitar que algún mosquitopique a nuestro pequeño.Particularmenteen la pileta, campamentos yparques debemos tomar nuestros recaudos para proteger a nuestros pequeños lo máximo posible.Además de producir una molesta sensación, la picadura de mosquitos puede transmitir algunas enfermedades. 

Durante los meses de primavera y verano es difícil evitar que algún mosquitopique a nuestro pequeño.Particularmenteen la pileta, campamentos yparques debemos tomar nuestros recaudos para proteger a nuestros pequeños lo máximo posible.Además de producir una molesta sensación, la picadura de mosquitos puede transmitir algunas enfermedades como el dengue, la malaria y la fiebre amarilla.
He aquí algunas recomendaciones para proteger la delicada piel de nuestros bebés de los mosquitos:
  • Chequea que no existan recipientes que contengan agua estancada, ya que estos sitios son excepcionamente favorables para que los insectos depositen sus huevos.
  • Usa antorchas y velas con citronella cuando los niños estén jugando en el jardín
  • Vístelos con ropa de algodón de colores claros, manga larga, pantalón largo y calzado cerrado.
  • Coloca mosquiteros en las habitaciones de los niños y sobre la cuna de los recién nacidos.
  • Los productos que contienen DEET (N, N-dietil-meta-toluamida) o picaridina son los dos que recomienda el CDC para adultos y bebés a partir de los 2 meses de edad. La picaridina es un producto químico similar en eficacia al DEET, pero no tiene olor; es más ligero y menos irritante.  También se puede usar el aceite de eucalipto de limón pero solo en mayores de 3 años
-Usa un producto que contenga un máximo de 30% de DEET
-Aplícale el producto que contiene DEET sólo una vez por día, sólo en las zonas de la piel que estén expuestas, nunca debajo de la ropa 
-No apliques productos repelentes de mosquitos cerca de los ojos o la boca  o manos de tu bebé, ni en cortes de la piel o zonas infectadas 
-No utilices productos que contienen DEET cerca de los alimentos 
-Cuando vuelvas a la casa, utiliza agua y jabón para lavar las zonas de la piel de tu bebé sobre las que aplicaste el repelente
  • Existen repelentes de insectos naturales como la citronela, pero primero verifica que se pueda usar sobre la piel del bebé (debería decirlo el propio producto). Los repelentes naturales no duran tanto tiempo como los repelentes químicos, de modo que deberás volver a aplicarlo con frecuencia. 

El presente artículo fue elaborado y corregido por el comité asesor de bebesencamino.com.

Fuente
: http://bebesencamino.com/articles/como-cuidamos-a-nuestro-bebe-de-los-mosquitos